Reforma integral de un antiguo local sanitario situado en la quinta y última planta de un edificio residencial en el centro de Valencia.
La vivienda, ahora completamente transformada, disfruta de una excelente luminosidad y ventilación cruzada, gracias a su doble orientación: una fachada con vistas urbanas a la calle Alboraya y otra que se abre a un patio de manzana.

La nueva distribución sustituye la compartimentación original por un espacio central unificado donde se integran cocina, comedor y salón, en torno al cual se organizan el resto de estancias. El resultado es una vivienda funcional, cálida y bien estructurada.

Un pilar de hormigón visto, originalmente oculto, se convierte en un gesto arquitectónico destacado, en equilibrio con los suelos de madera y la carpintería blanca del interior.